18 de octubre de 2009

Minerva

Mil lagrimas de adiós derramadas

de mi orgullo seco arrancadas

concédeme Perdón abuela querida

la verdad me puso en tu despedida

 
 

Montados en la vista nos fuimos

que don vieron tus sabios ojos

si hasta en el fin en mi confiaste

que vieron ,tu, intuitiva, nunca dudaste

 
 

Solo la verdad sabe el difícil trance

atreves del suelo me acompañaste

hoy aun vives en lo que enseñaste

todo tu tiempo me vanagloriaste

 
 

Ese trágico día mi crueldad abrazaste

bañada en amor aun te resignaste

valiente cariñosa sola en tu dolor fuiste

ese trágico día me compadeciste

 
 

En mis brazos diste el último suspiro

el mar mismo impidió mi olvido

las olas grises la en su vaivén cesaron

tus latidos débiles me abandonaron

 
 

Testigo del cielo señor delo cierto

surgido del cieno dolor delo nuevo

al fuego te fuiste por propio pedido

desafiando sola el universal destino

 
 

Neblina salina, que dolor inmenso

de mi mano hiciste el viaje eterno

hay Minerva que recio tu empeño

gracias abuela por descansar en tu nieto

 
 

C. Q


  

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Gracias de nuevo